Querido lector,
No sé si mi llegada
fue oportuna o mis besos indiscretos. No sé si es lo que buscábamos, pero para
nada me arrepiento. De tu lado un conflicto y del mí todo un lío. Si puedo
prometerte algo, es quererte bonito.
Tu camino recorrido
dejó trazos y huellas que ahora con pies descalzo y nos entrelazadas, te pido
que recorras conmigo. No puedo ofrecerte nada más que un oído atento, un
corazón dispuesto y por lo demás, lo desciframos en el camino.
No puedo negarme el
confesar la plenitud de tu compañía. Peco de arrogante al decir bendito el día,
pero lo prohibido nació el martes que nos conocimos.
No puedo saber ni pretendo
saberlo; lo que pasa en tu vida es un misterio de día y un escape nocturno
terminada la jornada de pretensiones.
Hasta otra nota,
Diálogos de Almohada.
Comentarios
Publicar un comentario