El hilo rojo

Querido lector,

Entre lazos se teje mi destino, con aguja a veces de dos centímetros. Si de destinos hablamos, prefiero el cuento que cuentan los chinos; donde por moraleja te encontraras conmigo.

Al meñique, un hilo color bermellón, la vida amarró con infrangible algodón, las fibras de nuestros destinos. Con pretencioso significado hato al meñique cuantiosas hileras que, de encontrarnos perdidos, un único hilo te guiará conmigo.

Sea el más corto o el más largo el camino trazado; de tempestades y fuegos, con tenaz resistencia, su fibra nos cruzará en cuerpo y alma. Confieso el miedo de haberte encontrado y haber hecho nodos en el carrete de mi ciego corazón afligido.      

Mi promesa, aunque de pocas letras, seguirá el camino palpable de nuestro encuentro preconcebido en matriz del afecto puro. Encontrarte será mi odisea, donde las Moiras tejerán el propósito, no importando ceguera, negación o innegable final.

Nuestros hilos rojos besarán nuestras palmas, sellando el destino del cuento chino.                                                                

Hasta otra nota,

Diálogo de Almohada.

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