Querido lector,
Te regalo mi vida por trescientos sesenta y cinco días.
No te quejes si por momentos no encuentras salida. Lo que dejaste no fue dolor,
sino tu suscripción al aprendizaje por lecciones duras. Cuéntame cuentos del
año pasado y verás que has sobrevivido y ahora estas sano y salvo.
Te regalo un solo presente por ahora, que está lleno
de dichas y honras. No fuiste débil o un fracaso porque ahora serás fuerte y
veras como el reloj solo marca horas y no tu vida.
Dejaste la inocencia, pero siempre serás niño, que quiere
ser lo que nunca has recibido. No me limito a felicitarte, porque has hecho más
que eso, aprendiste a amarte. Toma los días de esta nueva profecía con encanto artilugio
cual brinda luz a tu vida.
No eres el que fuiste al iniciar los pasados. Y has
mejorado y un año más es la línea del camino que recorrerás con más fuerza. Aunque
temporalmente te encuentres solo y sin abrigo, verás que bueno y no malo será recórrelo,
sin angustias de ningún tipo.
Creo en tu potencial de guerrero y ahora tienes trescientos
sesenta y cinco oportunidades para cumplir tus sueños. Sueña cada día, que esa
es la medida de metas que has elegido.
Hasta otra nota,
Diálogos de Almohada.
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