Texto extendido

Querido lector,

Eres un pasado que arrastro con grilletes; no puedo soltarlo. Un peso que por elección decido cargarlo. Enséñame tu desinterés; enséñame tu olvido. Sabiendo que tu amor es ajeno; dame las llaves de mi libertad. Para ti soy una opción cuando para mi eres un destino.

Recuerda el trayecto que recorrimos aquel verano clandestino; donde tu mano entrelazada con la mía destilaba amores prohibidos. Me dedicaste Amarillo y eso aún vive conmigo. Recuerda el camino que liamos juntos; punto de partida fueron mis crisis Y me llevaste a donde eras feliz en la infancia.

Mi abrigo azul aún guarda impregnado tu abrazo. Solo dime que hago para estar contigo.  Entre el helado que compartimos y la música del camino construimos complicidad que ahora solo marca en mi mente un anhelo y en la tuya un sin sentido.

Eres lagrimas que la madurez cohíbe mojar latidos. Expresó mis penas al oído ajeno porque el tuyo ya cerró cabida. Sonó el teléfono y me encuentro contigo; Pienso ¨esta vez no quiero otro olvido¨

Recuerdo el trayecto y los túneles que descubrimos. Otra parada, y la vista fue el océano al que nos sumergimos.  Llegamos al tren y no nos subimos. Te veía a distancia de una pestaña; y a pesar del contacto ahora te marcas en kilometraje de migrante perdido.

¿Cómo extrañarte sin que sea prohibido? Dime si un día tus vientos cambias, ¿sabrán mis mejías tu destino? El cuarto quedo pequeño para guardar el secreto de cuánto te quiero. Las sábanas ya no son tan blancas después de las manchas que fueron teñidas por egocentrismo.

¿Habrá otro amante que derrame sus penas por ti como yo las vivo? ¿Habrá otro desahogo en texto extendido? ¿Valdrán mis palabras en plaza pública? Debes saber que estoy cansado de cubrir mis penas con tus letargos de atención que asoman cabeza cada tanto de aburrimiento.

¿No sabes al caso que apuntas tus planes al blanco de un iluso? No digo que soy inocente, tampoco tú culpable. Simplemente no dejemos que el tiempo dicté sentencia.

Hasta otra nota,

Diálogos de Almohada.