Querido lector,
Otros han
visto mi rostro muchas más veces de las que yo he visto mi reflejo en un
espejo; sin embargo, ellos aún no me conocen. Muchos han escuchado mi voz
y aun así sólo yo sé cuánto vale. Contigo he cruzado miradas, pero nunca viste
mis horizontes. A pesar de haber tenido mi corazón, no sabes cómo
siente.
Porque a
pesar de haber secado mis lágrimas, nunca supiste el dolor que retienen. Aunque
entregué cuerpo y alma a una promesa, poco sabrás el peso y valor de lo que
sostienes. Somos para otros solo cenizas frías, porque ellos nunca vieron
la luz y el calor de tu fuego encendido
Hasta otra nota,
Diálogos de Almohada.
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