Amanti Effimeri



Sin percibirlo, dos viajeros cruzaron pasos en un mismo destino.

Si abril contara sus secretos, estaríamos condenados.

Sin embargo, mayo esfumó la sospecha, el devaneo y mis delirios.

 

Ayer olvidé la fragancia de tu cuerpo; anosmia de ti.

Incrimino al deliberado consenso de tus acciones

y a mi vulgar necesidad de atención.

 

Los tatuajes fueron luminiscencia de secretos bajo sábanas blancas.

Y ahora mi piel solo aloja los tatuajes de intenciones ocultas

en las constelaciones que encierran nuestros destinos;

donde el centauro tomó arco y flecha,

olvidó la caza y se dedicó a la pesca.

 

Conocimos porque recordamos que en otra vida no fuimos uno.

Bajo la tenue luz de los faroles del camino a casa,

nos reímos a la cara de las ilusiones del mañana.

Crecimos sentimientos incipientes en canciones de verano.

 

Hoy donde nuestras almas se entrelazaron,

en hermoso equilibrio del equinoccio,

vibrando en color dorado y malva,

solo hay un beso de despedida;

un saludo que ya no correspondieron.

 

Somos las memorias de dos examantes fugaces,

que levitaron en un halo de exorbitante magia.

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