¿Alguna vez te has preguntado cómo la dinámica de una clase podría cambiar si se llevara a cabo fuera del ambiente tradicional? ¿Cuál es el impacto cuando el aula se muda a un espacio destinado a la socialización y el descanso? Al llevar nuestra clase a la cafetería de la institución, donde normalmente se discuten asuntos triviales como los partidos de fútbol, las películas más recientes, la música o simplemente el día a día, mis alumnos y yo decidimos descubrirlo hoy. La oportunidad de redefinir y ampliar nuestra concepción del aula se nos presentó gracias a este cambio de escenario.
La cafetería fue una decisión deliberada para desafiar las normas convencionales sobre dónde y cómo se obtiene el conocimiento; no fue una decisión arbitraria. Las aulas para el aprendizaje formal, las bibliotecas para la investigación y las cafeterías para el descanso son ejemplos de usos particulares de los espacios en una institución educativa. No obstante, al trasladar nuestra conversación sobre la epistemología de la educación a un ambiente más tranquilo y cotidiano, descubrimos que la línea que separa estos espacios es mucho más permeable de lo que solemos creer.
Los estudiantes participaron en un proceso de construcción conjunta del saber al utilizar la técnica del jigsaw. Además, compartieron conocimientos individuales. Para que la conversación avanzara y se profundizara, cada uno se convirtió en un engranaje fundamental. En lugar de promover una transmisión unidireccional del conocimiento, este enfoque colaborativo promovió una interacción en la que todos participaron activamente en la comprensión colectiva. A través de este diálogo informal, la epistemología, un tema que con frecuencia puede parecer abstracto y lejano, se ha vuelto más accesible y relevante para todos.
El impacto del entorno en la calidad y el tipo de aprendizaje que ocurrió fue lo más importante de esta experiencia. Los alumnos se sintieron más libres para expresar sus pensamientos, hacer preguntas y experimentar con conceptos que podrían haber parecido intimidantes en un aula tradicional porque estaban en un ambiente donde normalmente se relajan y socializan. Este cambio de ambiente no solo facilitó una discusión más abierta y auténtica, sino que también permitió que los estudiantes vieran la educación como algo que trasciende las paredes de un aula, un proceso continuo que puede y debe ocurrir en cualquier lugar.
El desafío es mantener esta mentalidad abierta y continuar explorando métodos "Out of the Box" para la enseñanza y la evaluación a medida que avanzamos en el ciclo académico. Mucho más que una mera medición de resultados, la evaluación puede ser mucho más que eso. No solo aspiraremos a medir el conocimiento, sino a fomentar la creatividad, el pensamiento crítico y la colaboración entre los alumnos al repensar las técnicas evaluativas. La búsqueda de nuevas formas de aprendizaje que sean tan diversas y dinámicas como los propios alumnos es el propósito de este ciclo.
El camino hacia una educación más inclusiva, innovadora y relevante comenzó con la cafetería. Transformando cada área de nuestra institución en un aula potencial donde el conocimiento se crea y se vive, nos comprometemos a continuar explorando y redefiniendo lo que significa aprender y enseñar.
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